5 millas es un ensayo documental en el que el fotógrafo argentino Gaston Bailo propone problematizar e imaginar una frontera en el océano, reflexionando y entendiendo al mar como un territorio en disputa. El trabajo se centra en un puerto de pescadores artesanales de la ciudad de Valparaíso. Así, el relato busca ser ondulante como una ola en el mar que invita a sumergirse en la vida de los pescadores y en el mar como territorio; a la vez que busca salvaguardar uno de los oficios más antiguos de este lugar que –según estadísticas oficiales– viene decayendo a medida que disminuye la cantidad de especies marinas.

Sofía Enríquez: Buenas noches a todas, todos, todes. Hoy estamos grabando entre Chile y Ciudad de México, junto al fotógrafo argentino, realizador audiovisual y docente Gastón… ¿Bailo o Bailó?

Gastón Bailo: Bailo, en presente.

SE: Bailas en presente.

GB: Totalmente.

–

Sofía Enríquez: Otra cosa que quería rescatar es cuando hablas de las imágenes como potenciales espacios de libertad y conocimiento colectivo. Creo que está increíble hablar de conocimiento y libertad como ideas juntas. Siento que las imágenes pueden ser esta potencia de libertad porque gatillan un sentir, o una sensación, o te ves representada, o caes en la cuenta de algo y ahora portas ese conocimiento. Me recordó mucho a una exposición que vi de Sebastián Salgado, el querido y juzgado Sebastián. Eran unas fotografías de un pueblo de Brasil que estaba desapareciendo, y había una frase bajo una fotografía que decía “Si lo vemos, no podemos decir que no pasó”. Creo que se asemeja a ese tipo de conocimiento, como algo más ligado a una consciencia colectiva que a un conocimiento de este saber certero o científico. Tienes esa conciencia, y de alguna forma, te da esa libertad.

Gastón Bailo: Está buenísima la relación. Creo que eso es lo que estamos haciendo ahora nosotros de alguna forma, de construir conocimiento en este mismo momento. Y lo estamos haciendo justamente en torno a imágenes. La pregunta que me hacés es algo que yo formulo a través de imaginar o de tomar fotografía, de pensar fotografía, para en mi caso muchas veces construir un sentido. Y un sentido también es conocimiento, como un conocimiento también es sentido. Y creo que en todo momento lo estamos haciendo en colectivos, con otros. El fotógrafo o la fotógrafa jamás trabaja solo ni sola. Hay un equipo de formación, hay un equipo de ayuda, hay personas en las cuales te estás apoyando constantemente para poder hacer un trabajo y ahí veo un potencial espacio de conocimiento y libertad. Y creo que necesitamos como productores de imágenes ser conscientes de lo questamos haciendo, política, social y espiritualmente.

–

Gastón Bailo: Al hablar de 5 millas, un proyecto sumamente documental, quiero partir mencionando que yo no tengo una fórmula establecida de trabajo, a mi las cosas me van atravesando. Y es un poco el instinto o la curiosidad, esa pulsión de querer saber más o la pasión.

La primera vez que voy a Valparaíso, voy al Festival de Fotografía, que es un lugar que quiero mucho. Y me pasó que al llegar a Valparaíso, y por primera vez en mucho tiempo, sentía que conocía la ciudad a pesar de nunca haber estado. Sentía que me podía manejar, sentía que era parte de mi.
La verdad que lo máximo que conocía de Valparaíso, o la forma por la cual la conocía, era por las fotos de Larraín y nada más. Alguna peli, no mucho más que eso. 

Resulta que en el festival estaba participando con un grupo de dos porteños en un trabajo colectivo y en un momento les digo “bueno, yo hoy quiero salir solo a vagar” y uno de los chicos me dice andá al puerto, andá a Caleta Portales, fijate que por allá podés encontrar algo que te guste. Al llegar allá, me puse a conversar con los pescadores y me quedé un rato larguísimo conversando con uno de ellos.
Al otro día ya estaba dentro del mar.

Yo la verdad es que en ese momento no estaba pensando en un proyecto, no estaba pensando en nada. A lo sumo estaba pensando como en un pequeño fotoreportaje, algo chiquito que le interese a algún medio chileno local como para ofrecerlo sobre un día de pesca.

Y me fui a pescar. Me descompuse, vomité, le puse el cuerpo, está durísimo entrar al mar.
Cuando volvimos a tierra, vamos a tomar un café con los muchachos que había salido al mar, y en el café me empiezan a contar cosas mucho más profundas sobre el ser pescador, sobre la vida en el mar, sobre la política de el mar chileno, sobre los dueños del mar, sobre la ley de pesca y ahí se empiezan a abrir millones de caminos y de posibilidades.

Esto ocurrió entre octubre y noviembre. En febrero, vuelvo a Chile por una beca que me habían dado en Santiago y aproveché de ir unos días a Valpo, ya sabiendo un poco más que buscar.
Luego me sale otro viaje a Chile, unos meses más tarde, y aprovecho para ir otra semana a Valpo.Yo trabajo mucho con la bitácora, con la escritura, voy escribiendo que imágenes necesito, que imágenes quiero. Iba tratando en cada viaje de hacer cosas distintas. Por ejemplo, en el tercer viaje no hice fotos, hice video, algunas tomas de audio. Porque estuve muy poquito tiempo.

En el cuarto viaje participé en una revisión de portafolio y sale el tema del archivo, y ahí se abre otra idea. Ir y fotografiar el archivo de ellos. De buscar qué representación tienen ellos mismos, como se representan a sí mismos, cuál es el archivo que guardan de ellos, en qué estado está.
Entonces empiezo a tener distintas cosas, que es un poco es como me gusta ir trabajando, medio diógenes, ir acumulando, pero conscientemente. También soy muy disperso y me cuesta concentrarme en una sola cosa, entonces si voy cambiando me siento que soy más.

Gastón Bailo: Fui armando finalmente 5 millas en la experiencia, en el ir haciendo, en el ir hablando, en el ir entrando en el mar. Todas las veces que fui ese era el principal objetivo, entrar al mar a pescar con ellos.
El proyecto fueron 6 viajes en dos años y con tres aproximaciones. Una mirada documental clásica, un fotodocumentalismo muy clásico, blanco y negro, buscar buenas imagenes, poderosas.
Luego tiene una parte más abstracta, con mucho movimiento, que es el movimiento que uno siente cuando está adentro del mar. Y luego está la parte que es su archivo.
Dentro del relato, en la edición todo eso se va mezclando.Porque la idea es justamente, otra vez, el movimiento como esa cosa ondulante, como esa ola que te mueve.

Sofía Enríquez: Cuando te escuchaba me acordaba mucho de una frase de Lemebel que decía que no podía entender cómo había gente enguatada de tanto paisaje, que le parecía obscena esa glotonería de tanto tener.
Un nivel de codicia humana de creer que uno puede ser dueño del océano.

Gastón Bailo: Un día estaba en las playas de Quintero y hacía poco que había caído la lluvia ácida por todas las fábricas, la zona de sacrificio. Hablando con los pescadores, había uno que me decía que la constitución tendría que decir que el mar no es de nadie, porque al ser de nadie, absolutamente nadie, se podría apropiar de él. Pero como la constitución dice que el mar es de todos, viene cualquiera en nombre de todos y se lo apropia.

Octubre 2021

Gastón Bailo (Córdoba, Argentina, 1987) Fotógrafo, realizador audiovisual y docente. Licenciado en Comunicación social por la Universidad Nacional de Córdoba. Su trabajo se basa en crear vínculos entre el campo documental y el lenguaje contemporáneo, donde busca construir narrativas alrededor de los temas de identidad y desarraigo. Actualmente reside en la Ciudad de México donde trabaja como fotógrafo freelance y como docente de la Escuela Activa de Fotografía.

Sofía Enríquez G. (Viña del Mar, Chile, 1992) Desarrolla su práctica en torno a la exploración de dinámicas sensoriales. Graduado en diseño gráfico de la Escuela de Arquitectura y Diseño e[ad] Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile, con una Maestría en Estudios Curatoriales de la Universidad de Navarra, España. Experiencia curatorial de producción e investigación en América y Europa. Colabora como redactora de las revistas Vértigo (ESP) y Bloque (MX). Autor del libro “Formas alternativas de viajar” (2021)