Pensar la educación en el Perú sugiere repensarla o, acaso, reinventarla. Porque ¿cómo entender la educación en un país fragmentado, donde la verticalidad y la desigualdad son patrones que —a día de hoy— siguen vigentes? Si la educación es el reflejo de un país, queda claro que el nuestro arrastra una crisis de décadas. 

Si bien en los últimos años ha habido intentos por mejorar el nivel educativo nacional, la aún baja inversión en educación (3.8% del PBI) y las malas condiciones en la infraestructura reflejan la precariedad del sistema. Aunque hoy el Perú cuenta con un Ministerio de educación fortalecido que ha procurado promover la inclusión y la diversidad, y que en el contexto actual de pandemia ha resaltado por su acertada propuesta con el programa ‘Aprendo en casa’, aún quedan muchos vacíos por resolver. Y es que, paradójicamente, a pesar de la fragilidad y el deterioro del sistema, la rigidez de la estructura es perenne.

Como contraparte a este sistema educativo vertical y dominante surgió hacia fines de los 60 la educación popular —propuesta por el pedagogo Paulo Freire, quien refería a la educación como una práctica de libertad. De esta derivó lo que hoy se conoce como educación radical, la cual propone otras prácticas de organización que impulsan la educación como una oportunidad para la liberación personal y transformación social con el objetivo de hacer comunidad. Así, esta pedagogía crítica se centra en criterios de justicia y equidad, y se distancia de lo tradicional, rígido e institucional. 

Prácticas de libertad propone una revisión acerca de iniciativas, luchas y propuestas pasadas relacionadas al concepto de educación radical y su reflejo en la educación peruana. Si en propuestas anteriores Isabel Guerrero (Lima, 1984) promovía el encuentro con el público, a través de prácticas participativas para cuestionar las formas dominantes de educación, esta vez se propone reflexionar acerca de cómo hacer comunidad. La artista se cuestiona cómo enfrentar la desigualdad social hoy, a partir de identificar espacios de aprendizaje y de encuentro fuera del contexto escolar/académico. Asimismo, busca hallar modos para deconstruir los conceptos dados de educación y aprendizaje, con el objetivo de abrir(nos) a otras posibilidades de reunión e intercambio.

A partir de un archivo personal de imágenes de textos escolares, fotos familiares y noticias de internet, Guerrero se vale de un ensamblaje de imágenes que respondieron a un sistema educativo y político particular con el objetivo de referir a la memoria colectiva, a través de la serigrafía, el collage, vídeos y audios. Además, la artista contrarresta lo patriarcal y vertical del sistema con el rescate de textos de las fundadoras de la educación y el feminismo en el Perú como son Elvira García y García o Teresa González de Fanning. Así, esta serie de imágenes no solo presenta una cronología de la educación en el Perú, sino que confronta a repensar los conceptos de sociedad y comunidad.

Luisa Fernanda Lindo | Julio, 2020

NP – Prácticas de libertad propone una revisión acerca de iniciativas, luchas y propuestas pasadas relacionadas al concepto de educación radical* y su reflejo en la actualidad en la educación peruana. Así, a partir de un archivo personal de imágenes de textos escolares, fotos familiares y noticias de internet, Isabel Guerrero (Lima, 1984) se vale de la serigrafía y el collage (como técnica de ensamblaje bidimensional), para referir a la memoria colectiva a partir de la superposición de imágenes que en su momento respondieron a un sistema educativo y político particular. 

*La educación radical surge de la necesidad de crear un terreno que abarque prácticas de la educación e investigación popular militante, la práctica colectiva, el teatro popular, la alfabetización crítica, la investigación de acción participativa, la educación en justicia social, entre otras, marcando distancia hacia lo tradicional, rígido e institucional. 

Isabel Guerrero E. (Lima, 1984) Master en Artes Visuales por la Universidad de Arte y Diseño de Ginebra, Suiza (HEAD) y Bachiller en Escultura por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha sido ganadora del premio FCAC – Fondo Cantonal de Arte Contemporáneo de Ginebra (2019) y recibió el 2do premio en el XVI concurso Pasaporte para un artista (2013). Realizó las residencias artísticas: Gleis 70, Zurich (2015-2016) y Cité Internationale des Arts, Paris (2014). Ha participado en diversas muestras colectivas en el Perú y en el extranjero.